INFIDELIDAD: EL «PORQUE» DE LOS AMANTES

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A pesar de que los límites para definir qué es una infidelidad a veces son controvertidos, podemos entenderla como la ruptura de un pacto de exclusividad afectiva y sexual, en la que alguno de los miembros de la pareja, tiene otra relación con una tercera persona. Cuando de alguna manera el contrato, que puede o no haberse explicitado, se incumple, se atenta contra la confianza dentro de la relación, generando daños.

Históricamente no siempre ha sido socialmente reprobada e incluso ha habido épocas en las que ha sido aplaudida, especialmente en el lado masculino. Hasta cierto punto entendible, por los matrimonios pactados sin que hubiera amor de por medio, el matrimonio era más entendido como un trabajo que como un lugar para el amor. Sin embargo, en la mayoría de países del mundo estos matrimonios por pacto han terminado y, con ello, la infidelidad ha pasado a otro plano.

¿De qué se alimenta la fidelidad?

Entre los elementos que se han visto que favorecen la “fidelidad”, destaca el amor, como su principal motor. Durante el enamoramiento, es casi “imposible” incurrir en una infidelidad, ya que los sentimientos hacia la otra persona son totales y “no se tienen ojos para otro”. De la misma forma, valores, como la confianza, y creencias como “las relaciones se basan en la fidelidad”, “puedo controlar mis deseos”, “tengo más que perder que ganar”, “no hago lo que no me gusta que me hagan”, también parecen ser centrales.

Entre otros factores que parecen tener una participación importante, destaca la influencia y presión que puede ejercer el grupo social para que la persona se mantenga fiel. Las normas provenientes de la familia de origen, presiones sociales, instituciones o convicciones religiosas pueden ejercer un control sobre estos deseos.

A su vez, la culpa puede beneficiar a la fidelidad, por el temor de no soportar este sentimiento al engañar al otro. Sin embargo, la causa más sana de la fidelidad es el compromiso adquirido con la pareja, que cobra más importancia una vez pasado el enamoramiento, ya que el contrato que se ha establecido con el otro, el afecto, compañerismo y respeto, son los que sostienen la fidelidad.

¿Qué hay detrás de la infidelidad?

Entre los factores que se han encontrado frecuentemente asociados a que una persona “decida” cometer una infidelidad, podemos destacar:

La falta de amor: situaciones donde el fuerte sentimiento que se tenía se ha perdido. “Le quiero pero no le amo”, esto puede favorecer la idea de que al buscar a otra persona, están siendo “fieles a sí mismos y a lo que sienten”, a pesar de engañar al otro.
El aburrimiento y la rutina: la falta de estimulación que algunos pueden experimentar en la relación, puede favorecer que ésta se busque fuera. Es más frecuente en quienes requieren estimulación constante y que no encuentran o no promueven la motivación que necesitan en sus relaciones.
La vanidad: la frecuente seducción a otros puede ser una motivación fundamental en personas con fuertes rasgos narcisistas, quienes miden su autoestima de acuerdo a las conquistas que tienen. Sentirse atractivos y con poder de atraer a otros “les da valor”, puede que sin intención de separarse de la pareja.
Creencias: algunas creencias pueden favorecer estas conductas como “sólo esta vez”, “no tiene por qué enterarse”, “no voy a perder esta oportunidad”, “todo el mundo lo hace”, “no puedo ser fiel”, “los hombres somos así”, “es sólo sexo”, que de alguna manera les hacen “justificar” estos hechos.
Valores: la persona puede tener un sistema de valores que no sancione la infidelidad como un hecho negativo.
Problemas de comunicación: cuando los problemas dentro de la pareja se esconden en vez de enfrentarlos. Se pueden generar resentimientos y diferencias acumuladas dentro de la relación que producen la pérdida progresiva de interés por el otro.
La soledad: el sentimiento de soledad dentro de una relación, es especialmente difícil. Cuando en una relación, uno de los miembros se siente solo, por una relación distante y sin afecto, puede motivarle a buscar esta “compañía” en un tercero.
Falta de gratificación sexual: la insatisfacción en el área sexual en la pareja, puede favorecer la idea de intentar buscar otro compañero más compatible que le permita la satisfacción.
Carencias afectivas: cuando hay un distanciamiento afectivo, no hay un reconocimiento del otro, o no se le valora positivamente, éste se siente poco deseado. Por lo que puede buscar a un tercero que le haga sentir atractivo.
Elevadas expectativas de la relación: expectativas sumamente irreales y altas sobre lo que se espera del otro y de la relación, puede producir grandes decepciones que los distancien, y lleve a buscar fuera ese “ideal” que las cumpla.
Experiencias traumáticas: cuando hay dificultad dentro de la pareja para apoyar al otro, con fallas en la comunicación y el afecto, el enfrentar situaciones estresantes, puede aumentar la distancia entre ellos y promover que se busque ese apoyo en un tercero.
Presión social: cierta presión a nivel social, puede aumentar la tentación de cometer una infidelidad. Algunos modelos sociales hacen “publicidad” a estos hechos, como por ejemplo, un prototipo masculino que es atractivo debido a sus múltiples parejas o encuentros sexuales.
La curiosidad: buscar lo novedoso y la curiosidad por probarlo todo, puede provocar que la persona decida ser infiel. Es posible que personalidades reprimidas o de mucha timidez, encuentren más fácil atender al deseo de lo novedoso, que pedirle a su pareja que cambie o prueben hacer algo diferente.
La búsqueda de aventuras: la necesidad de nuevas emociones puede ser muy frecuente, especialmente en personas que tienden a vivir una vida muy intensa y cambiante.

¡Pero no todo está perdido! Tanto en el caso de presentar algunas de estas características o detectarlas en la pareja, es posible trabajarlas, por ejemplo mediante la terapia, y encontrar vías alternativas para construir y mantener relaciones más sanas y satisfactorias.

SON ENFERMIZOS MIS CELOS?

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Los celos parecen formar parte de la relación amorosa como una manifestación del miedo a perder a la persona amada. Existen personas en las que el sentimiento de celos parece formar parte de su personalidad mientras que otras señalan no haberlos sentido nunca. Pero ¿cuándo se atraviesa la línea entre lo normal y lo patológico?

Según explica a Infosalus Alexandre González-Rodríguez, investigador de la Unidad de Esquizofrenia del Hospital Clínic de Barcelona y miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, los celos incluyen sentimientos dolorosos de frustración, sufrimiento y angustia ante la presencia de un potencial rival. Esta frustración gira entorno a la idea de no poder mantener u obtener un bien, sea una persona o un objeto material.

«El sufrimiento es independiente de la naturaleza del objeto deseado. Es decir, los celos pueden aparecer en todos los campos (amor, honores, trabajo o fortuna) y en todos los ámbitos (pareja, familia o trabajo). Sin embargo, el nombre de celos se ha asociado más frecuentemente a los celos amorosos pasionales», explica González-Rodríguez.

La persona celosa ansía poder y quiere tener la exclusividad de este poder. En el caso de los celos amorosos, el celoso quiere ser amado de forma única y exclusiva y dominar al objeto o persona amada. «Esto implica dos sentimientos humanos primarios o básicos: el amor, que se dirige hacia la persona deseada, y el odio, dirigido hacia el rival y a su vez hacia la persona amada», señala el psiquiatra.

El comportamiento de una persona celosa es el de un investigador profesional al que persigue la duda por lo que busca, investiga, observa y justifica cualquier comportamiento como la prueba de una infidelidad.

«Para ello observa, examina objetos, cartas, el teléfono móvil de la otra persona, verifica comportamientos como cuándo sale de casa la pareja, cuando va y viene, cuando olvida cosas, interpreta estas actitudes, y persigue la mentira y en base al resultado de estas investigaciones llega a conclusiones precipitadas o sesgadas», comenta González-Rodríguez.

CELOS NORMALES, PATOLÓGICOS Y DELIRANTES
Los celos son un sentimiento pasional normal cuando se presenta una situación de infidelidad real y objetiva que genera angustia, humillación, sentimientos de minusvalía y fracaso y deseo de venganza.

«Los celos se consideran normales cuando los sentimientos del celoso y su comportamiento son comprensibles o explicables por un hecho verdadero. En este caso, la reacción del celoso con frecuencia es de resignación y no agresiva», señala el investigador.

Sin embargo, en el análisis de los celos, incluso cuando la infidelidad es real estos pueden ser patológicos. En este caso, el celoso se encuentra en una situación de desbordamiento emocional y no puede contener o dominar una probable y futura reacción catastrófica. «En los celos patológicos la estructura del carácter o la personalidad anterior nos pueden dar pistas del comportamiento del celoso, que puede ser violento y agresivo», apunta González-Rodríguez.

Cuando los celos son en realidad la manifestación de un trastorno delirante se trata de un trastorno psiquiátrico relacionado con la esquizofrenia. En el delirio celotípico o celos delirantes el celoso se siente aludido y burlado sin fundamento real.

Celotipia como forma de trastorno delirante

El trastorno delirante se define por la presencia de un único síntoma predominante: la convicción delirante que se construye en el tiempo de manera insidiosa y progresiva. «En ocasiones, se pueden presentar alucinaciones simples, raramente complejas, que se relacionan directamente con el contenido de las ideas que expresa el paciente», explica el psiquiatra.

Esta convicción suele centrarse en algunos de los diversos temas o contenidos de la vida cotidiana para dar lugar a tipologías como el delirio persecutorio (vivencia de persecución o miedo a ser perseguido), somático (hipocondría -convicción delirante de contraer una enfermedad- o de infestación -ser infestado por un agente externo), erotomanía, celos o grandiosidad.

En la Unidad de Esquizofrenia del Hospital Clínic de Barcelona, dirigida por el profesor Miguel Bernardo, se lleva a cabo una línea de investigación en pacientes con trastorno delirante centrada en su evolución, trayectorias clínicas y respuesta al tratamiento tanto farmacológico como psicológico.

«Se estima que la prevalencia del trastorno delirante en la población es cercana al 0.3%. Muchos de estos pacientes acuden por primera vez al centro de salud, a su médico de cabecera, antes que al psiquiatra o psicólogo», aclara González-Rodríguez.

TRATAR LA CELOTIPIA
En cuanto al tratamiento del trastorno delirante, ya sea en la forma de celotipia o cualquiera de los otros tipos (el persecutorio es el más común, con entre el 60% y el 65% de los casos), el doctor González-Rodríguez apunta como objetivos:

1º Buena relación médico-paciente: iniciar y mantener un ambiente de confianza y seguridad para el paciente le permitirá explicar de forma cómoda su malestar y sus quejas.

2º Identificar cuál es la molestia o queja principal: conocer en qué desea el paciente ser ayudado tiene como finalidad cumplir sus expectativas. Es importante no confrontar al paciente con el trastorno y tratar síntomas como la angustia y depresión que pueden estar ocasionando su sufrimiento.

3º Escucha empática y obtener elementos biográficos y clínicos para realizar el diagnóstico: siempre que sea posible, se debe realizar una entrevista con sus familiares que puede ser de gran utilidad. En todos los casos debe descartarse un trastorno por dependencia del alcohol u otras sustancias y un trastorno orgánico cerebral.

4º Idoneidad del tratamiento: confirmado el diagnóstico de trastorno delirante tipo celotípico, debemos ofrecer al paciente el tratamiento más indicado en estos casos, los antipsicóticos, y evaluar la necesidad de combinarlos con fármacos antidepresivos, en caso que el paciente presente síntomas depresivos claros.

«El plan de tratamiento debe ir siempre enfocado a un modelo de toma de decisiones compartida, en el que el paciente y el médico acuerden el tratamiento y se expliquen y entiendan los riesgos y beneficios del mismo», aclara González-Rodríguez.

El tratamiento debe mejorar y disminuir las quejas del paciente y ser bien tolerado, ya que esto mejora el cumplimiento de la medicación y con ello contribuye a la mejoría del paciente.

TU EX TE DICE QUE TE VE SOLO COMO UN AMIG@

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Esta parte es quizás la parte más dolorosa, cuando llevas algún tiempo o mucho tiempo con tu ex y de repente te dice que te ve solo “como amigo” o “como amiga”. Esto ocurre cuando la pasión se estanca y sobretodo cuando tu ex ve otras alternativas.

Ocurre cuando dejaste de vivir por la relación y te apalancaste en la comodidad de tu casa. Se dice que el ser humano es el mayor depredador de la naturaleza, y esto cuesta creerlo cuando ves a un ser humano medio ir del trabajo de oficina a casa y de casa a la oficina para limitarse los fines de semana a ver la televisión.

¿Qué pasa cuando tu pareja no vive en ese mundo encerrado? Pues que te empieza a ver como alguien aburrido y de hecho es que es un poco así.

Para mantener viva la llama en una relación de pareja, como mínimo, siempre tienes que conversar y conectar emocionalmente, ¿Pero qué tipo de conversaciones puede mantener alguien que solo hace vida del trabajo a casa y de casa al trabajo? Pues poco.

Esto pasa en todos los tipos de relaciones. Desde el típico hombre casado, con dos hijos que de repente la mujer le dice que lo ve como un amigo y este se extraña. Cuando ocurre esto me suelen decir: “Pero si algún viaje hacemos juntos con las hijas y las mismas rutinas de siempre. ¿Qué ha podido pasar?”.

En este caso la cosa comienza a ser un poco más sospechosa y no es oro todo lo que reluce, no significa que te pusiera los cuernos, pero si que quizás vio vida más allá, más interesante que lo que tú le puedes ofrecer.

Falta de liderazgo con tu ex – Te ve como un amigo o amiga

Siempre que un ex te termina viendo como amigo o amiga suele ser en el 99% de los casos porque no tienes liderazgo en la relación. ¡Cuidado con esto!

Alguna vez me ha venido alguien que no paraba de discutir con su ex y al intentar recuperarlo intenta por todos los medios tener el mayor liderazgo posible. Esto es absurdo, si eras un celoso compulsivo u os matabais casi cada vez que hablabais el liderazgo aquí no tiene nada que ver. Cada cosa en su lugar correspondiente.

Por ejemplo; Un conocido mío estaba sin trabajo, dejó a todos sus amigos de lado, a los 2 meses de estar con su pareja ya le pidió matrimonio y dependía enteramente de su pareja. Esto es precisamente darle todo el liderazgo a tu pareja y tu carecer de él. ¿Qué creéis que ocurrió?

Pues que obviamente le dejó. A nadie le gusta tener a su lado a alguien con tan poca vida y que depende 100% de ti en todos los sentidos, es como llevar una carga y se hace muy pesado, sobretodo porque ten muy en claro que cuando comenzasteis a salir no eras así, a tu pareja no le dijeron: “Mira, si sales con Fulanito deberá depender 100% de ti”.

No, cuando comenzasteis a salir estabas más o menos bien y luego te abandonaste completamente, por lo tanto, ¿Para qué puñetas iba a estar tu ex contigo? Una relación es cosa de dos direcciones, tú también debes aportar, no solo dejarte arrastrar como cuál Salamandra.

Luego existen los típicos maridos, esposas ideales o la pareja ideal. Que es dónde parece que todo va aparentemente bien, quizás de hace algunos meses o de un año para acá o incluso dos las cosas comenzaron un poco a torcerse.

Quizás notaste como tu pareja comenzaba a salir más sin ti o a hacerse más independiente y tú no le diste mucha importancia hasta que… ¡Cataplam! De repente de un día para otro te dejó y a ti se te quedaron los ojos como platos.

No es solo que perdieras el liderazgo, sino que descuidaste totalmente la relación dejando que otras personas (en este caso amigos o amigas de tu ex) la llevaran por ti.

Hay otros muchos casos en las que tu pareja te ve como amigo y se convierte en tu ex, en todos ellos con un buen liderazgo se podría haber solventado. ¡Pero cuidado! Un liderazgo no se maneja desde el sofá.

Si te crees que puedes liderar a tu pareja quedándote en el sofá 24 horas al día lo llevas claro, para poder liderar una relación de pareja hacen falta dos cosas esenciales.

1. Pasar tiempo con tu pareja y dedicarle tiempo

2. Conversar y conectar emocionalmente

Pero ahora hablamos de recuperar una relación, por lo tanto tendremos que ir a la inversa, retomar el contacto y conversar y conectar con tu ex y luego comenzar a hacer cosas juntos, sin presionar y sin hablar de la relación.

Hablar de la relación no lo hagas por qué es que no sirve de nada, todo lo que se tenía que hablar tu ex pareja ya lo ha visto durante los últimos tiempos, por eso precisamente te ha dejado. No sirve de nada todo lo que puedas decirle o insistirle, porque lleva tiempo comprobándolo.

De nada sirve un cambio inmediato si durante meses o incluso años no lo has hecho. ¿O qué pasa? ¿De repente ahora te vas a convertir en un súper héroe cuando llevas años acomodado? ¿Verdad qué no? No te lo crees ni tú, mucho menos se lo va a creer tú ex, así que no insistas, demuéstralo poco a poco y con el tiempo. (Tú siempre tienes que cambiar para bien, y te ayudará, pero no es inmediato, solo por apuntarte a un gimnasio no vas a recuperar a tu ex)

Tienes que tener algo muy claro, cuando tú ex te dice que te ve solo como un amigo no es algo que decida de un día para otro, sino que es algo que lleva tiempo gestándose dentro de su cabeza. Del mismo modo que le llevó un tiempo decidir que eras solo su amigo, le lleva un tiempo re-hacerse a la idea de que está colgado por ti.

Así que por mucha desesperación que tengas en que todo sea como antes lo más pronto posible, la verdad es que no se puede y hay que pasar un proceso. Si que hay casos en los que si, de repente tu ex quiere volver o es más pronto de lo que crees, pero siempre debes ir con la idea de que es cuestión de tiempo por qué sino te vas a dar con una barra de hierro en las narices.

El Velero de Las Emociones

HOMBRES INFIELES

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Hace poco hablamos sobre porque las mujeres son infieles, hoy hablaremos de los hombres infieles. Lo cierto es que para ambos sexos el porque de la infidelidad es bastante distinto y los hombres son menos propensos a la infidelidad, lo que ocurre es que los hombres infieles que hacen daño a muchas chicas son precisamente los que están con más chicas, los que antes consiguen novia… ¿Por qué? Porque se convierten en expertos en el arte de seducir, normalmente ocurre eso debido a su alta promiscuidad. Un hombre si quiere ligar tiene que moverse, una mujer puede estar sentada y rechazar en 10 minutos a diez tíos en un bar, eh ahí la diferencia.

La infidelidad es una muestra de traición, exceptuando problemas de pareja cuando la infidelidad se comete se hace porque no se es consciente del daño que se causa a la otra persona y si tú no eres consciente de eso es porque precisamente no es que te intereses mucho por lo que sienten los demás. Mis mejores amigos no son hombres infieles, tengo amigos que eran infieles como aquél que va a comprar unos calzoncillos y no es que me guste ir mucho con ellos porque no es gente con la que me guste tratar, no porque sean infieles, sino por su psicología barata de “sálvese quien pueda”.

Tengo 3 amigos que se iban de puticlubs teniendo novia, hasta ahí ya piensas: “qué mal están”, pero lo cierto es que además eran unos celosos compulsivos, sobreprotegían a su novia y hasta llegaban a enfadarse si su novia hablaba más de 3 minutos con uno de sus amigos. Celosos compulsivos y hombres infieles…

Hecha esta breve introducción vamos a explicar quienes son los hombres potencialmente infieles. Aquí pensarás: “oye, pero si aquí entran muchos tipos de hombres” y lo cierto es que los puticlubs no se mantienen de solteros solamente…

Hombres promiscuos

Los típicos hombres que andan con muchas más tarde o más temprano terminan poniendo los cuernos a su pareja. En un 99,9% de las veces. Algunos pueden aguantar 5 años, hasta 10 años esforzándose pero más tarde o más temprano terminan poniendo los cuernos al menos que terminen entrando en una espiral de súper calzonazos al más puro estilo Jesulín de Ubrique. Un hombre promiscuo ve las mujeres como objetos con los que se tiene que aparear.

Cuando está con una puede enamorarse pero ese amor irá despareciendo y las ganas de perforar un agujero saldrán más y más a la luz. Hay algo que mantiene enganchado a un hombre promiscuo a parte del amor y es el magnetismo de la superioridad de su chica, de ser mandado y dominado. Eso no se lo dan otras mujeres así que esa sensación les reconforta y les priva de la infidelidad. Sin embargo… ¿Cuánto tiempo aguantarán? ¿Y conseguirán aguantar?

Un hombre promiscuo es como una bomba de relojería, puede estallar en cualquier momento o puede pasar un milagro, encasquillarse y no estallar jamás. De pasar, puede pasar…

Egoístas compulsivos

Conocí en una ocasión a un chaval que tenía novia como aquél que tiene un chimpancé. Lo conocía de hacía un año y no sabía ni que tenía novia, pues él tío salía a ligar y hacía de todo… Más tarde comprendí porque hacía eso. A parte de él, sus ideas y sus objetivos no existe nada más en el mundo.

Lo más triste es que ese rollo egoísta total vuelve loco a muchas mujeres que son capaces de aguantar todo tipo de humillaciones con tal de estar con esos seres sumamente egoístas. Un hombre egoísta es aquél que solo hará lo que le de la gana y no cederá ante los demás o si lo hace lo hará con un fin o por pasar el rato, no hacen nada desinteresadamente. Puede parecerlo, pero no. Son personas que utilizan argumentos absurdos o tachándonos a los demás de locos para justificar sus actos. Por ejemplo, dicen cosas como que no quieren estar atados porque lo natural es ser liberal y estar con muchas, que los humanos estamos en pareja por tradición, que no es ficticio y natural. Por supuesto todo para justificar que nosotros somos los anormales y ellos son los cuerdos.

Estos egoístas compulsivos llegan a causar un tormento emocional y contradictorio en sus parejas que empiezan a creer tonterías con tal de justificar los actos de su egoísta compulsivo.

Pasotas

El hombre pasota es aquél al que le da igual todo. No siente afecto por prácticamente nadie, no es que sea egoísta, es algo diferente, simplemente es que es un pasota. Le da igual el trabajo, sus amigos, generalmente le importan poco las consecuencias de sus actos y persigue la emoción del momento.

Sin valores

Los hombres sin valores también suelen ser bastante egoístas. Sin valores significa que pueden vender droga, hacer una putada muy gorda a un amigo y verlo como algo completamente normal, ellos no están haciendo nada malo y si lo hacen y lo saben dicen cosas como: “mientras no te lo hagan a ti o no te afecte, todo vale”. Los humanos nos ayudamos porque tenemos valores, también por el cariño pero los que lo hacen por buenos valores son los que cambian el mundo.

Racistas, ultraderechistas etc.. etc.. Cualquier hombre con una ideología radical o con ideologías carentes de valores son hombres potencialmente infieles, es decir, que pueden ser infieles durante su relación de pareja, no tiene porque ser de forma habitual, pero si lo serán de vez en cuando.

¿Como iba a importarle acostarse con otra mujer que no sea su pareja a un hombre que odia a otras personas solo por su raza? ¿Cómo iba a importarle a un hombre acostarse con otra mujer que no sea su pareja cuando distribuye cocaína por un puñado de euros y se carga la vida de chavales?

Hay muchos hombres que van forjando sus valores y pueden cometer estos errores, esto es parte de la vida, lo malo es cuando encuentras esa persona en esa fase o si es una persona que no evoluciona y se queda estancado sin valores, entendemos por valores valores pésimos y egoístas.

Quizás lo más definitivo para ver si un hombre es potencialmente infiel o lo será es ver su actitud con los demás, todo esto se basa en actitud. Determinados valores reflejan determinada actitud y esta actitud es la que provoca la infidelidad de los hombres infieles.

Domenec BF

El Velero de Las Emociones

¿CÓMO DISCUTIR CON TU PAREJA DE UNA FORMA SALUDABLE?

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Empieza por detectar cuál es la verdadera razón por la que se ha producido la discusión para llegar al fondo del asunto sin dar vueltas u ofender a tu pareja. Detectar el centro del problema es primordial para hacer la discusión más breve y no acabar gritando.

Es importante buscar el momento adecuado para hablar del problema en cuestión. Evita las discusiones a última hora de la jornada o en cualquier otro momento en que estés cansado/a.

Fíjate un objetivo concreto, ya que la finalidad de la discusión es resolver un problema, y no tiene porqué ser sinónimo de pelea. Cuando se discute es un fin determinado, céntrate en el objetivo y no grites, intenta guardar la calma y el respeto total por el interlocutor.

Plantea tu punto de vista con lógica y arguméntalo. No debes rehuir el comentar los problemas que tienes aunque eso genere discutir, es mejor hablar que ir guardando hasta explotar de una manera inadecuada.

No hagas imposiciones. Lo más importante es intentar ponerse en el lugar del otro, comprender su punto de vista.

No saques trapos sucios que no construyen, sino que empeoran. Si se discute por algo que sucedió ayer, no te remontes a años atrás en busca de agravios.

No insultes. Desecha las afirmaciones demoledoras y definitivas, esas que nunca se olvidan por mucho que después pidamos perdón (te odio, no te soporto, etc.).

Si realmente te interesa seguir conviviendo con la otra persona, plantéate una discusión constructiva, no destructiva.

Trata de exponer tus ideas con calma, razonándolas, aunque el interlocutor tenga una opinión diferente. No te escuches exclusivamente a ti, escucha lo que dice la otra persona. Siempre escucha a tu pareja cuando defiende sus razones, óyela sin perder la calma y sin irrespetar.

Si la discusión sube de tono, abandona o aplázala hasta que os calméis. Déjate de actitudes violentas como subir el tono de voz, usar palabras ofensivas, denigrar al otro, acercarte demasiado invadiendo su espacio o esforzarte por tener la última palabra.

Es una buena práctica, aunque cueste trabajo en el transcurso de una disputa, decir cosas agradables de la otra persona

Aprende a ceder y negociar. No conviertas una discusión en una batalla campal. Defiende tu punto de vista con coherencia y firmeza, pero al mismo tiempo se flexible. Si ves en el transcurso de la discusión que no tienes razón, cede y reconoce a la otra parte. Mantener las tensiones durante tiempo improcedentemente, para lo único que sirve es para tensionar más aún la relación. Ten en cuenta que una discusión no es una lucha de poder para comprobar que se tiene la razón, sino un diálogo para intentar mejorar las cosas y llegar al mutuo acuerdo. Si en el diálogo con tu pareja consideras que lleva razón en algo, admítelo con humildad.

El orgullo es un mal consejero. Poder admitir que te has equivocado te llena de nobleza. Por el contrario si te mantienes firme de forma testaruda solo aumentará el malestar y os llevará a perder el control.

Cualquier droga puede, (pero sobre todo alcohol, café en exceso) influir negativamente en el proceso de la discusión ya que estas u otras sustancias alteran la percepción de la realidad, por lo cual no sería conveniente empezar una discusión bajo sus efectos.

Si controlas la respiración durante la discusión no te tensionarás y actuarás más tranquilo/a y racionalmente. Para ello respira lenta y profundamente, y expulsa el aire por la boca Si en algún momento sientes que esta discusión te supera y que estás a punto de cruzar la barrera y perder por completo el control, entonces para. Date un respiro, por la salud de ambos pide que se detenga la discusión y sal a tomar aire, date un baño, respira profundo y cuando te hayas calmado aplica estos consejos.

Perder el control al discutir con tu pareja es habitual pues se trata de alguien que te conoce muy bien, tus fortalezas y puntos débiles, por eso no te culpes y más bien intenta buscar soluciones efectivas a los problemas.

María Teresa Vallejo Laso
El Velero de Las Emociones

COMO MANTENER UNA RELACIÓN DE PAREJA DURADERA

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Si has tenido varias relaciones de pareja que no han funcionado y te preguntas por qué, tal vez lo que necesitas es empezar a tener en cuenta algunos aspectos de ti y tu forma de relacionarte que no has tenido en cuenta hasta ahora. Estas son algunas claves que pueden servirte de ayuda para tener éxito en tu relación de pareja:

Conoce tus necesidades
Ciertas necesidades que son importantes para ti pueden estar interfiriendo en tu relación de pareja. Por este motivo, tener claro cuáles son es muy importante para poder tener una relación sana y satisfactoria. Por ejemplo, tal vez necesites que tu pareja esté muy pendiente de ti y lo comparta todo contigo, o puede que necesites libertad, independencia y ciertas dosis de soledad. O quizás sientes inseguridad y necesitas que te diga a menudo que te quiere. O bien, puedes necesitar tener tu propia vida, con amistades y actividades que ambos hagáis de manera independiente.
Muchas de estas necesidades serán totalmente sanas y razonables; otras pueden reflejar problemas en tu modo de relacionarte, miedos y ansiedades, pero todas ellas van a influir de un modo u otro en tu relación. Si las conoces, podrás explicárselas a tu pareja para que te entienda mejor y podrás trabajar en aquellas necesidades que no son demasiado sanas (como puede ser la necesidad de que tu pareja esté pendiente de ti en todo momento) para comenzar a cambiar.

Conoce tus miedos
Los miedos pueden interferir y sabotear el éxito de una relación o dar lugar a relaciones insatisfactorias. Por ejemplo, el miedo a estar solo (sin nadie que te quiera) puede hacer que acabes en una relación con alguien a quien no amas, y el miedo al compromiso puede hacer que pierdas para siempre a alguien a quien sí amas de verdad. El miedo a que te hagan daño puede hacer que no llegues a abrirte del todo a tu pareja y mantengas una distancia que impida el desarrollo de una verdadera intimidad y conexión con tu pareja. El miedo a ser traicionado puede convertirte en una persona celosa y malhumorada. Y así sucesivamente. Ser consciente de estos miedos te ayudará a enfrentarlos y superarlos.

Conoce tus expectativas
¿Qué esperas de tu relación y qué tipo de relación deseas? ¿Qué esperas de tu pareja y cómo esperas que se comporte contigo? ¿Qué es para ti inadmisible dentro de una relación de pareja? Conocer tus expectativas te ayudará a saber con más facilidad si la relación que has iniciado es la más adecuada para ti. Así mismo, podrás analizar si tus expectativas son realistas. Por ejemplo, esperar que tu pareja esté siempre bien contigo puede ser poco realista, porque todas las personas tienen un mal día de vez en cuando y están de mal humor con todo el mundo (y eso te incluye a ti). Esperar que tu pareja y tú hagáis todo juntos, también puede ser poco realista, pues tu pareja puede desear tener sus momentos de independencia. Igual que puede ser poco realista esperar que todo sea siempre maravilloso, que siempre recuerde todo lo que le dices, que siempre sepa lo que necesitas o que nunca jamás discutáis.

Aprende y cambia
Una relación de pareja puede ser una gran oportunidad para aprender muchas cosas acerca de ti, de tu forma de relacionarte, de tus problemas, creencias, valores y metas. Ese aprendizaje no solo te aportará una valiosa información acerca de quién eres, sino que te servirá para conocer mejor en qué aspectos necesitas cambiar o mejorar o qué características necesitas pulir un poco. En ese sentido, las quejas o críticas de tu pareja pueden ser constructivas si estás dispuesto a tenerlas en cuenta. Por supuesto, tu pareja no siempre tendrá razón al quejarse de algo o pretender que cambies algo, pero en otras ocasiones sí tendrá razón o parte de razón, y si eso te empuja a cambiar y ser mejor, la relación puede ser muy enriquecedora.
Si, además, tú y tu pareja habláis de vuestras necesidades, miedos y expectativas, empezaréis a conoceros mucho mejor, podréis hacer ciertos ajustes que consideréis necesarios y construir una relación mucho más sana y satisfactoria.

El Velero de Las Emociones

EL AMOR TE ELIGE A TI

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Si te encuentras enamorado de una persona que no está enamorada de ti… no te reproches a ti mismo. No hay nada de malo contigo, sino que el amor no eligió descansar en el corazón de la otra persona.
Si encuentras a alguien que está enamorado de ti, y tú no le amas, siéntete honrado de que el amor vino y tocó a su puerta, pero dulcemente rechaza el regalo que no puedes devolver.
Si te enamoras de alguien, y esta persona se enamora de ti también, y el amor elige irse… no intentes reclamarlo o culparlo, déjalo ir. Hay una razón y un significado, a su tiempo lo descubrirás.
Recuerda que no eres tú quien elige al amor: El amor te elige a ti. Por lo misterioso que es el amor, cuando entra a tu vida, todo cuanto realmente puedes hacer es aceptarlo. Siente como el amor te llena hasta derramarse, y entonces encuentra la manera de compartirlo.

Dale amor a la persona que lo hizo nacer en tu vida.También dale amor quienes sean pobres de espíritu. Dalo alrededor del mundo en todas las formas que puedas, el amor es más grande cuando es compartido.
En esto muchos que aman cometen un gran error, porque habiendo estado mucho tiempo sin amar, ven el amor como si únicamente fuese una necesidad. Ven sus corazones como un lugar vacío que necesita ser llenado con el amor, y creen que el amor es algo que debe fluir para ellos, y no desde ellos mismos.
Acuérdate de eso, y mantenlo en tu corazón: el amor tiene su propio tiempo, sus propias estaciones, y sus propias razones para ir y venir.Tú no lo puedes sobornar, coaccionar, motivar o insistir para que el amor se quede.Cuando llega, sólo puedes abrazarlo, compartirlo y repartirlo.

Pero si el amor elige dejar tu corazón o el de aquel a quien tú amas, no hay nada que puedas hacer, y no hay nada que debas hacer.
El amor es y siempre será un misterio. Si en algún momento el amor ha entrado en tu vida, alégrate por esos días especiales que viviste. El amor es así de misterioso, mantén tu corazón abierto que seguramente vendrá de nuevo a ti.

El Velero de Las Emociones

POSDATA: «ME QUIERO»

 

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Dicen que cuando estás enamorado no importan las despedidas, ni el tiempo que pase, ni lo que ocurra entre medio; no importa que te jure que se acabó o que te mande al infierno, ni siquiera importa si ha conocido a otra persona. Cuando el sentimiento es verdadero, siempre encuentras la manera de mantener viva la esperanza. Es algo inconsciente y muchas veces en contra de nuestra voluntad. Ves señales por todas partes. Señales que te llevan a esa persona, a ese lugar, señales que imaginas, o no, quizás son reales. Quizás exista esa energía común que hace y deshace cuando menos lo esperas y más lo necesitas. Y quizás, también, pase que ya no vuelva nunca más, pero tú, tú te empeñas en seguir esperando.

Este escrito va por esas personas que lo dejarían todo, si él, si ella, les dijera: ven; por las que se beben de un trago canciones melancólicas sin dudar, mientras caminan por la calle recordando lo que fue, imaginándose lo que podría ser; por esas personas cuyo destino no depende de ellas, sino de una llamada desesperada, de un encuentro fortuito y tantas veces soñado; por las que viven a la espera de un regreso necesitado, que llega con retraso; por esas personas que se han olvidado de lo más importante: el amor propio.

El desamor es traicionero y todo nuestro alrededor está metido en el ajo. Novelas de amores heroicos, canciones nostálgicas, películas soñadoras… nos empapan de historias, canciones y sentimientos en los que hay amores que matan, y los que no, nos rescatan, convirtiéndonos en títeres de la espera, la frustración y la desolación. Y es que en el fondo, necesitamos creer que sí, que el amor está por encima de todo, que es capaz de dejarnos sin aire y que cuando se acaba, tú, yo, nosotros, dejamos de ser. Pero la realidad es que nadie, absolutamente nadie, muere de amor.

Es cierto. No te engaño. No existen amores que maten, ni amores que nos rescaten, no existen porque el único amor capaz de hundirte o salvarte es el de uno mismo. La buena noticia es que, como es tuyo, tú decides qué hacer con él. Hay decisiones que nos acompañan toda la vida y por eso, elige tú, no vivas esperando a que te elijan. No busques a quien no hace nada por encontrarte, no sigas apostando por quien no apostó por ti, pero sobre todo, no quieras morir por quien quiere y puede vivir sin ti.

Este escrito va por ti. Tú que de tanto pensar en él te has olvidado de ti. Tú que subastas tu amor al menor postor, sin miramientos, ni condiciones. Todavía tienes una opción: quiérete. Quiérete a ti más que a nadie. Conócete y deja de preocuparte por los que no se dejaron conocer. Y, apuesta por el amor más leal de todos los amores. Todavía tienes esta opción. La opción de optar por ti.

Porque sin ti, sin ti lo soy todo

Gisvel Vivas

 

UN GRAN HOMBRE

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Es la primera vez que escribo sobre nosotros los hombres…., hombres que siempre nos caracterizamos por ser el sexo fuerte, aunque muchas veces caemos por debilidad….
Un día, mi hermana lloraba en su habitación…

Con mucha nostalgia, observe que mi padre se le acerco… y le preguntó el motivo de su tristeza… los escuché hablando por horas, pero hubo una frase tan especial que dijo mi padre esa tarde, que hasta el día de hoy, 8 años más tarde…, la recuerdo cada mañana y me llena de fuerza…

Mi padre acariciándole el rostro, le dijo: «Hija mía, enamórate de un Gran Hombre y no volverás a llorar»…

Me pregunte tantas veces, cuál era la fórmula exacta para llegar a ser ese gran hombre y no dejarme vencer por las pequeñeces… Conforme pasan los años… descubrimos que si tan solo todos los hombres lucháramos por ser grandes de espíritu, grandes de alma y grandes de corazón… el mundo sería completamente distinto!

Aprendí que un Gran Hombre… no es aquel que compra todo lo que desea, pues habemos tantos que hemos comprado hasta el cariño y el respeto de quienes nos rodean…

Mi padre le decía…

No busques a un hombre que solo hable de sí mismo, sin preocuparse por ti…Ni a aquel que se pase las horas halagando sus propios logros… No te aferres a un hombre que te critique y te diga lo mal que te ves..o lo mucho que deberías cambiar… Para que quieres a un hombre que te abandonará si no cambias, por un cabello más claro?, Por unos ojos de otro color? O por un cuerpo más esbelto?…si no supo admirar la verdadera belleza que hay en ti?

Cuantas veces me dejé llevar por la superficialidad de las cosas…, haciendo a un lado a quiénes realmente me entregaban su sinceridad e integridad….?

Me costo trabajo comprender que GRAN HOMBRE no es el que llega más alto, ni el que tiene más dinero, casa, carro, ni el que vive rodeado de mujeres, ni mucho menos el más guapo… Un verdadero y gran hombre…es aquel ser humano lleno de transparencia, que no oculta sus verdaderos sentimientos ni se refugia en vicios y cortinas de humo, es el que abre su corazón sin rechazar la realidad, es quien admira a una mujer por sus cimientos morales y grandeza interior… Un Gran Hombre, es que el camina de frente, sin bajar la mirada, es aquel que no miente y sabe llorar su dolor…!

Hoy mi hermana esta felizmente casada, y ese Gran Hombre con quien se caso…no era ni el mas popular, ni el mas perseguido, ni el más solicitado, ni mucho menos el mas adinerado…

Ese Gran Hombre es quien simplemente nunca la hizo llorar…, es quien la hace sonreír por lo mucho que han logrado juntos, por todos sus recuerdos, por cada alegría que comparten y por esos tres hijos que llenan sus vidas…

Ese Gran Hombre, ama tanto a mi hermana que no se cansa de besar sus manos, y mucho menos sus labios… La quiere por quien ella es…y por lo que son cuando están juntos….!

Aprendamos a ser uno de esos Grandes Hombres, para que vivamos el paso de los años de la mano de una Gran Mujer y nada ni nadie nos pueda vencer!

Se lo mando a mis amigos hombres»… para que hagan crecer a ese GRAN HOMBRE que llevan dentro… y a mis amigas «mujeres» para que sepan elegir a ese GRAN HOMBRE

DESCONOCIDO

 

El Velero de Las Emociones.

¿POR QUÉ UN MARIDO SE ENAMORA DE OTRA MUJER? CUIDA QUE NO TE PASE A TI

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Pautas acerca de la naturaleza masculina y sobre qué enamora a los hombres. Es una propuesta que puede funcionar dado que las mujeres siempre buscamos la forma de mantener enamorada a la pareja.

Esa pregunta: “¿Por qué mi esposo se enamoró de otra mujer?”, puede volverse obsesiva y, con todo, las respuestas son tan variadas, que es imposible responder en una sola nota las razones particulares que llevan a un hombre comprometido, a enamorarse de otra mujer. Sin duda el amor y el matrimonio exigen un compromiso, y el ser fiel es también una decisión, pero pese a ese compromiso y ese sentimiento que una creía eterno, la infidelidad puede ocurrir y, cuando sucede, la mujer se pregunta: “¿Por qué sucedió?” “¿Qué hice mal?” “¿Por qué mi esposo se enamoró de otra mujer?”, y casi siempre la respuesta incluye un: “He sido una excelente madre y esposa.” Pero, aunque resulte doloroso aceptarlo, siempre tenemos algo de responsabilidad en lo que suceda al interior de la pareja. Descubre a través de este artículo un poco acerca de la naturaleza masculina y úsalo para afianzar tu relación, arriésgate:

Autores como John Gray) y Walter Riso en sus libros Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus e Intimidades masculinas, lo han advertido: hombres y mujeres somos distintos. Claro, esto no es un secreto: el problema es que rara vez nos interesamos por conocer la verdadera naturaleza de los hombres; de alguna manera los hemos estigmatizado con la frase: «Todos son iguales» pero, aunque parezcan predecibles, hay mucho por descubrir. Veamos qué nos dicen los expertos:

Buscan una amiga,

¿Quién lo creyera? los hombres esperan encontrar una mujer con quién intimar emocionalmente. Me refiero a una mujer que los escuche, que los entienda, una mujer a la que no teman hablar de cualquier tema, lo que sea. Esa mujer que no reacciona impulsivamente, que sabe comprender sin juzgarlos, que no interrumpe para decir «yo te lo dije», esa mujer los enamora. Los Doctores Connell Cowan y Melvyn Kinder en su libro Las mujeres que los hombres aman, las mujeres que los hombres abandonan, de manera permanente enfatizan en la amiga que siempre esperan encontrar, señalan que todos los hombres tienen deseos profundos, por ocultos que estén, de compañerismo.

Adoran a la mujer que juega, que no teme a que el rímel se le corra por jugar con él, los hombres son seres lúdicos por naturaleza, necesitan expresarse como niños. Así que no temas parecer infantil, juega con él a la pelota, un juego de vídeo, deja que él saque su niño interior y de paso saca el tuyo.

Quieren una mujer que tenga su propia vida,pese a ser egocéntricos, paradójicamente mueren por la mujer que tiene una vida, que su vida no gira en torno a ellos, sino que con amor y dulzura le hacen entender que ellos son parte de su vida, pero no toda.

Aman a las mujeres felices, Ana von Rebeur, Psicóloga y escritora Argentina, expresó en su libro Quién entiende a los hombres, algo que me llegó profundamente acerca de lo que un hombre esperaba de una mujer, ella escribió: “Los hombres solo quieren de una mujer, que ella sea feliz.” Así es, buscan esa mujer que se ama y se acepta a sí misma, que conoce claramente cuáles son su limitaciones pero que sabe sacarle el mejor partido a sus fortalezas, esa mujer que no hace de cada cosa una tragedia.

Aman la esencia de la mujer

Qué mejor que ellos mismos lo digan. Recientemente un amigo me dijo: “Me encantan las mujeres femeninas”. Con eso quería decirme que ellos aman nuestra esencia, aman lo que nos diferencia de ellos, la capacidad de ser fuertes sin dejar de lado la sutileza y la suavidad que debe caracterizarnos.

Odian el llanto que manipula, y mi conclusión personal es que odian sentirse culpables y responsables de nuestro dolor y sufrimiento, por eso no soportan nuestras lágrimas. Cabe anotar que el llanto es una expresión de un sentimiento que puede ser de dolor o alegría, pero aquí me refiero a ese llanto que usamos las mujeres como arma de control y manipulación.

Aman las mujeres que los apoyan y los defienden en público,esa mujer que nunca se le ocurre descalificarlo en público a pesar de los problemas, esa mujer los conquista, los enamora.

Tal vez lo más importante de todo es; “aprende a conocer a tu esposo”. Qué le gusta, qué no, qué lo motiva, qué lo enamora. Recuerda no se trata de estrategias momentáneas, sino de hábitos y comportamientos duraderos resultado de comprender la naturaleza masculina y, sobre todo y de manera especial, a tu esposo.

Diana Patricia Cantor Martinez